Se suele sostener que enseña más la necesidad, que la universidad. Con motivo de la tramitación del proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) frente a la precedente, y aún vigente, Ley Orgánica de Educación (LOE), nos preguntamos si es conveniente esta Ley, propuesta por el Ministro Ignacio Wert (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) en nuestro sistema actual.

 

Imagen de muestra

 

En primer lugar, es necesario señalar que no se trata de una nueva Ley completamente nueva que derogue por completo la anterior, lo cual había sido tradicional en nuestro país con las normativas homólogas, sino que es una mejora o complemento de la anterior, de ahí su nombre, que alcanza a modificar y renombrar artículos y preceptos; partiendo de una base. Esto es relevante porque la polémica social generada parte siempre aludiendo a la falta de consenso y estabilidad en una materia sensible como es la educación. Estos argumentos son contrastados con dos cuestiones sencillas que no se suelen exponer:

1)¿Es lo mismo consenso político que consenso social? Si comprobamos la distribución actual del Congreso de los Diputados, el Partido Popular ha cosechado la mayoría absoluta más exacerbada de la historia de nuestra democracia y ello implica que posee el apoyo de una mayoría de ciudadanos. Así pues, si cuenta con el respaldo de los ciudadanos, por quienes se trabaja y responde, no es fundamental, aunque sí deseable, el consenso con el resto de fuerzas políticas. El argumento al que referimos tenía virtualidad cunado no existían mayorías o grandes mayorías y, si no se lograba consenso, no se reflejaba una mayoría en los intereses de los representados; lo cual ahora no pasa. Así pues es más relevante el consenso social que político.

2) ¿Es sostenible la estabilidad del sistema actual? Es cierto, y así lo ponía de relieve el Consejo de Estado en su dictamen sobre este proyecto de Ley al Gobierno, que esta sería la quinta Ley Orgánica de educación en 40 años de democracia constitucional y que se aprecia, en conjunto falta de estabilidad. Pero ello es solo la constatación de los hechos y la tendencia deseable. Ahora bien, conociendo las lacras que sufre nuestra oferta educativa por el abultado abandono y tasas de fracaso escolar en períodos como la Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.) ¿no es deseable un cambio que no estanque nuestra formación?

 

Desde Nuevas Generaciones apostamos por lo mejor para los jóvenes, y observando las fortalezas y debilidades del Sistema Educativo primamos el desarrollo de nuevas políticas que fomenten el emprendimiento, la canalización del talento, las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs) y la adaptación de cada alumno según sus necesidades. Por eso sería conveniente no supeditar la continua eficiencia frente a la estable mediocridad.

En segundo lugar, los puntos más importantes que, desde Nuevas Generaciones, queremos ahondar son tres; enseñanza en valores, pruebas homogéneas y distribución de preferencias.

       Enseñanza en Valores: “Ha sido otro punto candente del proyecto de Ley la inclusión de la asignatura de religión. Hasta aquí se ha filtrado la información en prensa, incluso mediante encuestas en medios de comunicación, criticando a la Iglesia y esgrimiendo la vuelta al pasado. Pues bien, hemos de completar esta información para que no sea sesgada, ya que la frase continuaría con y la asignatura de valores sociales y éticos”. Se configura como una materia, para empezar, de configuración específica y no troncal, como Lengua y Literatura o Matemáticas, por lo que será obligatorio cursar alguna de las dos; por lo que no se impone en ningún caso la asignatura de Religión. El Consejo de Estado solicitó en su informe que, al menos en un curso, sea obligatoria la asignatura de valores éticos y sociales. ¿La razón? Considera la construcción cívica de los alumnos como un elemento clave educativo, y no un mero plus formativo. En nu7estra opinión, si queremos dotar a nuestros alumnos de una formación íntegra y excelente es tan importante la formación académica como la formación personal, ya que no solo el Estado es garante, a raíz del derecho fundamental de educación recogido en el artículo 27 de nuestra Constitución, de la formación de sus ciudadanos, sino también los padres y, por ello, estos pueden optar entre cursar religión (no solo católica, sino islámica, judía o hinduista) o valores sociales y éticos. Ambas enseñan valores, que al fin y al cabo es aceptar la convivencia bajo la garantía de un orden superior cuyas características se plasman en las personas a través de derechos y deberes; no siendo por tanto más importante una materia u otra, sino que son perspectivas o enfoques diferentes del mismo hecho bajo fundamentos propios. Desde Nuevas Generaciones consideramos positivamente la oferta obligatoria de elección voluntaria de áreas del conocimiento que atienden, no tanto al ser de la persona, sino al deber ser de la misma.

       Pruebas Homogéneas: Existirán pruebas, que determinará el Gobierno, oficiales al finalizar tanto la educación primaria como la primera etapa de la E.S.O. que será en 3º y en su segunda etapa en 4º. Su función no es sólo diagnosticar, a nivel estatal e inter-centros, las mejorías o deficiencias que se deberán solventar con cada estudiante y en áreas concretas, sino que servirán para una comparación similar en toda España; garantizando los principios de igualdad de trato y no discriminación. Si a ello le unimos la mayor autonomía que se pretende otorgar a las Administraciones y Centros Docentes, los resultados serán mejores porque, de una parte, se podrán atender las circunstancias concretas de cada grupo del alumnado según las regiones y, por otro, hacerlos igual de capaces para promover el plurilingüismo y capacidad sin importar el tipo de centro de enseñanza; público, concertado o privado. Estas pruebas son comunes, asimismo, en la Unión Europea y son otra muestra más del progresivo avance en unión, no solo educativa, como ya lo están siendo los másteres después de cursar un grado universitario en el actual plan Bolonia.

       Distribución de preferencias: Los cambios no han sido fruto del azar y se incardinan en la tendencia de los países más desarrollados, no solo en Europa, en complemento a nuestras circunstancias particulares y carácter mediterráneo. En este punto es notorio que en 4º de la E.S.O. se permite al estudiante escoger entre una vía académica orientada a la posterior consecución del Bachillerato o una orientada a la Formación Profesional, tan digna como el estudio pre-universitario y que necesita de la publicitación y conocimiento general. Nos parece adecuada primero porque fomenta la especialización para todos y segundo porque no es definitiva, no debiendo por fuerza un alumno continuar a la FP si descubre que desea cursar Bachillerato y viceversa.

 

Por todo lo anterior, deseando que se implanten con la mayor aceptación estas medidas y que se doten de la memoria económica suficiente para ello, desde Nuevas Generaciones subrayamos nuestro compromiso con la formación continua y escolar y extraescolar, en la vida social económica y política, y destacamos el esfuerzo como la clave de recuperación. No es un Ley perfecta, como cualquier Ley, pero sí se hace énfasis en puntos que amplían en lo necesario. Queremos continuar aprendiendo. Queremos aprender a aprender y para ello necesitamos el compromiso de todos, porque a todos nos afecta. Si ansiamos mejorar ansiamos, indefectiblemente, cambiar. Así pues:

 

La mejor manera de decir, es hacer”.

 

Manuel Delgado